Ay mis pequenos, cuanto los quiero…
Aquà los teneis, mis dos bichos, mis nenos, mis cositas, mi magato y mi neni, Auron y Akira.
Son dos bolitas de pelo que llenan mi vida y la de muchos que me rodean. Nos queremos, jugamos, reñimos, peleamos y nos damos mimos. Mucha gente no puede comprender el amor hacia los animales (ya sea un gato, un perro, una iguana o un hámster), pero es algo que hay que vivirlo para sentirlo.
De pequeña nunca me dejaron tener animales. Mi madre siente pavor por cualquier bicho y lo único que me permitÃa era tener peces. Hasta que un dÃa se cansó de que los explotara de tanto darles de comer y se acabaron también los peces… Lo único que me podÃa permitir eran los perros de mis abuelos y mis tÃos que estaban en la finca. Pero eso nunca mermó mi amor por ellos (menos mal que a mi padre también le encantan y algo pudimos hacer, XD). Pero no fué hasta que me independicé que pude tener bicho propio, jejejeje.
Fué todo gracias a J. Nos fuimos a vivir juntos y siempre quisimos tener un gato, pero como siempre tengo algo que decir, el gato no llegaba. Que si primero tenemos que ahorrar un poco…. Que si es mucha responsabilidad… Que si hay que pagar el veterinario… Hasta que un dÃa J. se cansó y fué a buscar a la nena.
Tuvo una llegada un poco intempestiva: se perdió por el camino antes de llegar, pero llegó sana y salva. A J. se le escapó de los brazos de camino a casa y la pobre se escondió debajo de un coche. Vaya lio para sacarla!!! Pero al final llego a casita, con mami… Vaya nochecita que nos dió!!! No dormimos ni un solo minuto, porque la pequena no dejaba de llorar. No habÃa nada que la consolara y se nos caÃa el alma al suelo. Pero después de pasarse toda la noche llorando metida en nuestra cama, con mimos por doquier, el dÃa siguiente fue como la seda. No volvió a llorar nunca más, pero la consecuencia es que ,a dÃa de hoy cinco años después, viene a dormir todos y cada uno de los dÃas conmigo a la cama, las dos abrazaditas toda la noche.
El nombre de la nena salió por casualidad. No tenÃamos ni idea de cómo llamarla, hasta que un dÃa llego N. y dijo: “porqué no le llamais Akira?”. Y nos encantó. No sabÃamos de dónde lo habÃa sacado ni que significaba ni nada, pero nos gustó. Y asà quedó. Akira. Tiempo después descubrimos que el dibujante de Songoku se llama Akira, gracias a un gran amigo que, aparte de ser un gran feak, es como una biblioteca andante. Aún a dÃa de hoy E. se mete con nosotros porque le pusimos a la gata nombre de chico!!! XD.
Ella es todo amor y cariño, todo mimos. Sea quien sea. No le tiene miedo a nadie. Tú déjala que te huela un poco y ya seréis amigos para siempre, XD. Akira llegó siendo un bebé y desde el primer dÃa siempre estuvo rodeada de gente, de ruido, de fiesta, asà que ella no se asusta de nada ni de nadie. Puede venir un equipo entero de fútbol, que ella ni se inmuta. Todo el mundo se queda sorprendido de lo sociable que es. Le encantan los mimos, darlos y recibirlos, y se pasa el dÃa ronroneando (o "curureando", como decimos en casa)a todas horas, no hace falta ni que la acaricies. Hay veces que tiene tantas ganas de que le des un mimo, que simplemente se pone a tu lado y empieza a ronronear de una manera… Además se oye en toda la casa!!!
Ella no es la mas bonita. Me acuerdo que cuando J. la trajo de dije: “que fea, no la quiero…no me gusta nada…”, pero sin duda es súperinteligente. Se sube a cualquier lugar para escapar de Auron, para hacerlo rabiar, come langostinos cocidos mojando la patita en mayonesa, sabe abrir puertas que están sólo batidas y la cabrita aprendió a abrir la nevera y las alacenas. Sabe que cuando quiere comer algo de un sitio por donde no le pasa la cabeza, usa la pata para mojarla y después se la chupa. Le gusta morder el boli mientras yo se lo agarro y hacer garabatos en las hojas y ya ni os cuento su obsesión por los regalices… SÃ, esos regalices de chuche. Pero no unos cualquiera. Tienen que ser esos marrones con relleno verde y sin pica pica. No se los come, solo juega con ellos. Se lo tiras por el pasillo y sale rápida como el rayo detrás de el para traértelo en la boca, dejártelo en los pies o en la mano y que se lo vuelvas a tirar. No me creereis, pero tengo testigos, XDDD.
Es lista y obediente. Sabe cuando ha hecho algo mal y aprende muy rápido. Si papi la sienta el el colo para reñirle, se queda inmóvil y hecha las orejas para atrás, como si mostrara arrepentimiento.
Es un encanto… Pero qué os voy a decir yo de mi nena???
Luego llegó Auron..
Lo encontramos un dÃa que venÃamos de tomar algo. O del súper. Ya no me acuerdo. Recuerdo que estaba debajo de nuestra moto, llorando, temblando, muerto de miedo. Nos acercamos y nos miró con esa carita… Con esos ojazos… No pudimos resistirlo y lo subimos a casa.
Tan pronto pasamos por la puerta, Akira soltó un bufido que podÃa oirse a 50 km a la redonda y el pobre Auron escondido en los brazos de J. Le dimos agua, comida, le pusimos arena y lo acostamos en una mantita en una habitación para él solo. Estaba destrozado… TenÃa varias costillas rotas, la pata trasera partida, no habÃa comido en dÃas y estaba magulladÃsimo. Los primero dÃas no se movió. Yo creo que ni comió.
Akira no lo podÃa ni ver. Cada vez que pasaba cerca de el se dedicaba a bufarle continuamente. No nos lo podÃamos quedar. Dos gatos, ni de broma. Ya nos llega con la que tenemos. Pero fueron pasando los dÃas y el gato se fue recuperando. Ya tenÃamos incluso quién lo adoptara, pero de repente, le pusimos nombre: Auron (el nombre se lo debe a un personaje del Final Fantasy X. Me encanta ese juego y ese nombre. Si, somos unos frikis, lo sé, XD). Y el gato se tuvo que quedar.
Al principio tenÃa miedo de todo, de la gente, de la música, de los ruidos e incluso de la tele. Sabe Dior lo que ha pasado este bichiño. Aún a dÃa de hoy no es muy sociable que digamos, y cada vez que viene alguien a casa que no conoce, se esconde y como si no hubiera gato.
Auron era supertranquilo… Una manta, todo el dÃa tirado, recibiendo mimos… No hacÃa más que dormir y comer. PodÃas hacer con él lo que quisieras: levantarlo, acostarlo, darle vueltas… Ni se inmutaba. Era un gato súpertranquilo.
No sabÃamos nada de él: ni cuántos años tenÃa (a dÃa de hoy sólo tenemos una aproximación), si tenÃa vacunas, si estaba capado, nada!!! Pero un dÃa se puso de celo y vaya liadas… Que mal lo pasamos… En esto que estábamos buscando un momento para llevarlo a capar, va el muy cabrón y deja preñada a Akira. Y eso que los tenÃamos casi siempre separados!!!! La nena se empezó a poner goooorrrrrda y cansada y la llevamos al vete...
Seguiré contándoos más cositas en próximas ediciones de "Mis gatos, material para una pelÃcula".
Un besazo enorme.